Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 10, 31-40

31 Jerusalén sea santa y exenta, así como todo su territorio, sus
diezmos y tributos.

32 Renuncio asimismo a mi soberanía sobre la Ciudadela de
Jerusalén y se la cedo al sumo sacerdote que podrá poner en ella
de
guarnición a los hombres que él elija.

33 A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino,
le devuelvo la libertad sin rescate. Todos queden libres de tributo, incluso
sobre sus ganados.

34 Todas las fiestas, los sábados y los novilunios y, además del día
fijado, los tres días que las preceden y los tres que las siguen, sean todos
ellos días de inmunidad y franquicia para todos los judíos residentes en mi
reino:

35 nadie tendrá autorización para demandarles ni inquietarles a
ninguno de ellos por ningún motivo.

36 En los ejércitos del rey sean alistados hasta 30.000 judíos que
percibirán la soldada asignada a las demás tropas del rey.

37 De ellos, algunos serán apostados en las fortalezas importantes del
rey y otros ocuparán puestos de confianza en el reino. Sus oficiales y jefes
salgan de entre ellos, y vivan conforme a sus leyes, como lo ha dispuesto el
rey para el país de Judá.

38 Los tres distritos incorporados a Judea, de la provincia de Samaría,
queden anexionados a Judea y contados por suyos, de modo que, sometidos
a un mismo jefe, no acaten otra autoridad que la del sumo sacerdote.

39 Entrego Tolemaida y sus dominios como obsequio al Lugar Santo
de Jerusalén para cubrir los gastos normales del Lugar Santo.

40 Por mi parte, daré cada año 15.000 siclos de plata, que se tomarán
de los ingresos reales en las localidades convenientes.